Expertos de Davos cuestionan el coste de la educación universitaria: ¿inversión o despilfarro?
Expertos de Davos cuestionan el coste de la educación universitaria: ¿inversión o despilfarro?
23.01.2014
Expertos de Davos cuestionan el coste de la educación universitaria: ¿inversión o despilfarro?,Datos macroeconómicos, economía y política - Expansión.com
El Foro Económico Mundial (WEF), que celebra su 44 edición en la localidad alpina de Davos, ha debatido la utilidad de la educación superior y se preguntan si el gasto necesario para acabarla debe ser visto como una inversión o un despilfarro. En uno de los paneles celebrado en el encuentro, que se inauguró ayer y se clausura el sábado, los ponentes debatieron acerca de si es hora de valorar si el título universitario merece el gasto realizado, ya que cerca de 285.000 graduados universitarios están trabajando con el salario mínimo en Estados Unidos. "Claro que vale la pena. Para aquellos que tienen el diploma, la posibilidad de perder el trabajo es mucho menor. Estadísticamente es un hecho", defendió el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría. El representante de esa institución recordó que la diferencia entre aquellos con educación media y superior "sigue creciendo", y que solo en 2008, "cuando la crisis iba en aumento", se situaba en el 75%. Para Gianpiero Petriglieri, profesor asociado en la escuela de negocios Insead, la convicción atraviesa el terreno de la duda, y apostar por la continuación de los estudios debe considerarse desde un prisma que supere el terreno económico. "En casi cualquier país se ve que las proyecciones son mayores. (...) No ofrece la garantía que solía, pero ¿qué lo hace? Lo único que te da una garantía es nacer rico", indicó el italiano, convencido de la necesidad de "ver qué valor provee la educación", y no perder de vista la función social de la misma. Al explorar cómo garantizar la educación de una manera efectiva, "es importante no bajar las expectativas sobre lo que la educación puede proveer", por lo que la presión para que las instituciones educativas se reformen "es muy fuerte", continuó. "Hace 30 ó 40 años se contrataba a gente graduada a la que se formaba, y ahora se contrata a gente con seis o siete años de experiencia. No tiene nada que ver", añadió el presidente de la organización Junior Achievement Worldwide, Sean C. Rush. En algunas licenciaturas, según el cofundador de la academia digital Codeacademy, Zach Sims, "lo que se enseña es irrelevante, porque va desacompasado. Debe haber otra manera para que la gente aprenda técnicas relevantes para ellos". Estados Unidos, según los datos ofrecidos, concentra el 30% de los estudiantes universitarios del mundo, y la mitad de la gente que se gradúa allí acaba sus estudios superiores con una deuda media de 30.000 dólares (unos 22.100 euros). Para Rush, aunque "todo depende" del gasto, el hecho de cuestionarse "si va a valer la pena acabar la Universidad dice bastante" sobre el estado de la educación.
23.01.2014
Expertos de Davos cuestionan el coste de la educación universitaria: ¿inversión o despilfarro?,Datos macroeconómicos, economía y política - Expansión.com
El Foro Económico Mundial (WEF), que celebra su 44 edición en la localidad alpina de Davos, ha debatido la utilidad de la educación superior y se preguntan si el gasto necesario para acabarla debe ser visto como una inversión o un despilfarro. En uno de los paneles celebrado en el encuentro, que se inauguró ayer y se clausura el sábado, los ponentes debatieron acerca de si es hora de valorar si el título universitario merece el gasto realizado, ya que cerca de 285.000 graduados universitarios están trabajando con el salario mínimo en Estados Unidos. "Claro que vale la pena. Para aquellos que tienen el diploma, la posibilidad de perder el trabajo es mucho menor. Estadísticamente es un hecho", defendió el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría. El representante de esa institución recordó que la diferencia entre aquellos con educación media y superior "sigue creciendo", y que solo en 2008, "cuando la crisis iba en aumento", se situaba en el 75%. Para Gianpiero Petriglieri, profesor asociado en la escuela de negocios Insead, la convicción atraviesa el terreno de la duda, y apostar por la continuación de los estudios debe considerarse desde un prisma que supere el terreno económico. "En casi cualquier país se ve que las proyecciones son mayores. (...) No ofrece la garantía que solía, pero ¿qué lo hace? Lo único que te da una garantía es nacer rico", indicó el italiano, convencido de la necesidad de "ver qué valor provee la educación", y no perder de vista la función social de la misma. Al explorar cómo garantizar la educación de una manera efectiva, "es importante no bajar las expectativas sobre lo que la educación puede proveer", por lo que la presión para que las instituciones educativas se reformen "es muy fuerte", continuó. "Hace 30 ó 40 años se contrataba a gente graduada a la que se formaba, y ahora se contrata a gente con seis o siete años de experiencia. No tiene nada que ver", añadió el presidente de la organización Junior Achievement Worldwide, Sean C. Rush. En algunas licenciaturas, según el cofundador de la academia digital Codeacademy, Zach Sims, "lo que se enseña es irrelevante, porque va desacompasado. Debe haber otra manera para que la gente aprenda técnicas relevantes para ellos". Estados Unidos, según los datos ofrecidos, concentra el 30% de los estudiantes universitarios del mundo, y la mitad de la gente que se gradúa allí acaba sus estudios superiores con una deuda media de 30.000 dólares (unos 22.100 euros). Para Rush, aunque "todo depende" del gasto, el hecho de cuestionarse "si va a valer la pena acabar la Universidad dice bastante" sobre el estado de la educación.
Conozca el Ránking 2013 de las Mejores Universidades del Perú
Un país que crece sostenidamente por casi 20 años necesita contar con un capital humano calificado que permita mantener esa tendencia a largo plazo. De ahí la importancia de tener una visión objetiva de la calidad de sus universidades.
El problema es que el sistema de educación superior del Perú se resiste a la cultura de la acreditación de la calidad y la transparencia, que son los únicos mecanismos para lograr las mejoras necesarias para acceder a una economía del conocimiento, y, también, para orientar con información a empleadores y estudiantes.
AmericaEconomía Intelligence despliega una investigación encaminada justamente a aportar en la generación de esa información. Al igual que en la edición anterior, el ránking mide a 55 universidades, tanto de Lima como del interior del país.
Esta lista general va complementada por ocho subránkings que, a partir de preguntas específicas en las encuestas a headhunters y gerentes de recursos humanos de las principales empresas más importantes del Perú, miden el prestigio de las distintas universidades en las carreras de Administración, Arquitectura, Ciencias de la Comunicación, Derecho, Economía, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial y Psicología.
Sin embargo, y a diferencia de las ediciones paralelas de ránkings de universidades chilenas y mexicanas producidas por AméricaEconomía, el sistema universitario peruano se resiste a producir y ofrecer más y mejores datos sobre su gestión.
Según Gustavo Yamada, decano de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico, es una de las pocas casas de estudios que entrega información a nuestros investigadores, junto con las universidades Cayetano Heredia, PUCP, San Ignacio del Loyola, ESAN, de Piura, Nacional Mayor de San Marcos, Nacional de Cajamarca y Santo Toribio de Mogrovejo.
Las razones para evitar la transparencia son “cierto temor a no quedar bien posicionados, falta de motivación para el mejoramiento continuo y carencia de sistemas de producción de información relevante que brindar para la confección del ránking, lo que podría ser una mala señal, pues develaría que las universidades no cuentan con información clave, no sólo para el ránking, sino también para manejar y planificar bien su servicio educativo”, dice Yamada.
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