En 2019, los viajes aéreos representaron el 2,5% de las emisiones globales de carbono, un número que podría triplicarse en 2050. Una solución a este problema serían los aviones eléctricos ya que no solo eliminarían estas emisiones, sino que también podrían reducir los costos de mantenimiento, combustible y ruido en una cantidad considerable; por lo que muchas empresas están compitiendo para desarrollarlos.
Además de los beneficios ambientales, los motores eléctricos generalmente tienen una vida útil más larga que los motores de hidrocarburos del avión actual; lo que hace que los aviones de prueba busquen su certificación y puedan volar con una mayor cantidad de aforo de pasajeros.
Sin embargo, en un futuro previsible, los aviones eléctricos estarán limitados en cuanto a la distancia que pueden viajar; debido a que las mejores baterías de hoy en día producen menos energía en peso que los combustibles tradicionales.
A pesar de ello, el progreso de esta tecnología entusiasma a los gobiernos y corporaciones a invertir significativamente en su desarrollo.
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