GESTIONARSE A SI MISMO por PETER F. DRUCKER
Gestionarse a sí mismo
¿Cuáles son mis fortalezas?
Conocerse a si mismo es
un reto que la gran mayoría de personas cree tener claro a la perfección. En
los últimos tiempos resulta favorable conocer nuestras fortalezas para así
descubrir dónde podemos encajar y en qué podemos destacar. Algo que no era
necesario buscar en la antigüedad, debido a que si uno era hijo de un campesino
también sería campesino, la hija de un artesano sería la esposa de un artesano
y así sucesivamente. Un método que se propone para descubrir nuestros puntos
favorables es un análisis feedback, el procedimiento para realizar este método
es anotar una decisión tomada y comparar los resultados nueve o doce meses
después. Peter F. Drucker cuenta que realizó el procedimiento y le ayudó a
descubrir que posee una comprensión intuitiva de la gente técnica, sean
ingenieros, contadores o investigadores de mercado. También le mostró que
realmente no sintoniza con los generalistas. Este método no es algo nuevo, se
estima que se inventó en el siglo 14 por un teólogo alemán, pero recogido por
Juan Calvino e Ignacio de Loyola 150 años después. Esto explica junto con los
resultados de este hábito, como las iglesias que estos dos fundaron, llegaron a
dominar el mundo en menos de 30 años. Los beneficios que esta práctica puede
lograr se pueden notar en períodos cortos como 2 a 3 años, donde te mostrará
dónde radican tus fortalezas y qué es lo que estas dejando de hacer que te
aleja de tu zona de confort, te enseñará dónde puedes desarrollarte al máximo y
dónde no se recomienda que deje de lado la ignorancia en el conocimiento, ya
que esto puede llevarlo a una ceguera y paralizante pérdida de sus fortalezas.
Por último, el feedback mostrará si el problema es una falta de modales. Cabe
recordar que los modales son parte esencial de toda organización. Comparar
nuestras proyecciones nos ayudará a escoger mejor nuestras decisiones y escoger
las áreas en las que somos competentes. También es recomendable enfocar nuestro
tiempo en mejorar nuestras fortalezas que malgastarlo esforzándonos en superar
las áreas de baja competencia.
¿Cómo me desempeño?
Trabajadores del
conocimiento consideran que la pregunta “¿Cómo me desempeño?” podría ser
incluso más importante que “¿Cuáles son mis fortalezas?”. Por ello saber cómo
desarrollamos las cosas es otra pregunta que nos debemos hacer, pocas personas
saben cómo logran las cosas. Existe gran cantidad de personas que se desempeñan
en trabajos en los que no les son propios y eso disminuye su desempeño. Esto debido a que la forma de desempeñarnos
es única. Además, se estima que la conducta de las personas influye y esto se
puede reflejar en buenos resultados en el trabajo, pero con una persona adulta es difícil de cambiar,
puede cambiar pero de forma leve.
¿Soy
un lector o un auditor?
¿Cómo
aprendo?
El
paso dos para lograr conocer el desempeño es descubrir como aprendemos las
cosas. Muchas personas creen que solo hay un forma de aprender, ese método que
conocen es el colegio pero no todas las personas tienen las mismas capacidades
lo cuál hace que tengan diferentes maneras de aprender, por ejemplo, Winston
Churchill y Beethoven fueron personas a las cuales no les fue bien en el
colegio debido a que su modo de aprender las cosas era diferentes, Churchill
aprendía escribiendo, Beethoven aprendía tomando una infinidad de notas que lo
hacía recordar con solo escribirlas. Otra
manera de aprender para las personas es escuchándose a sí mismo. Un CEO que
conozco, revolucionó un negocio familiar en una empresa líder en su sector,
explica que su manera de aprender es reuniendo a todo su equipo superior y
hablarles por dos o tres horas, raramente solicita comentarios o preguntas solo
necesita escucharse a si mismo.
Cabe
destacar que no son las únicas preguntas que nos podemos hacer, otra pregunta
importante a destacar es sobre si somos mejor trabajando en equipo o de manera
individual. Un ejemplo se ve en el general George Patton, héroe militar
estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, destacado por una gran labor con
las tropas de su país. Pero caso contrario ocurrió cuando lo propusieron para
un cargo independiente por el general George Marshall, este mencionó “Patton es
el mejor subordinado que el ejército estadounidense jamás ha producido, pero
sería el peor comandante”. El campo de preguntas que nos podríamos hacer es
amplio. Una importante se basa en la toma de decisiones de manera individual o
grupal, “¿Produzco resultados como tomador de decisiones o como asesor?”. Un
gran conjunto de personas prefiere asesorar a otras y no liderar debido a que
no pueden tolerar la carga ni soportar la presión. En cambio hay personas que
poseen un gran coraje y confianza, lo que les hace disfrutar la toma de
decisiones y ejecutarlas con rapidez. Otras
preguntas importantes a seguir son, “¿Me desempeño bien bajo presión, o
necesito un entorno predecible y altamente estructurado?”. ¿Trabajo mejor en
una organización grande o en una pequeña?” Son preguntas que tenemos que
hacernos si queremos mejorar en el ámbito laboral como personal.
¿Cuáles
son mis valores?
¿Cuál
es mi lugar?
Conocer tú lugar es un
paso importante en una auto evaluación, desde muy temprano un pequeño número de
personas sabe cuál es su lugar. Para la mayoría de personas usualmente con gran
talento, se les complica la manera en cómo encontrar su lugar, tardan más de lo
normal algunos hasta bastante entradas en la veintena. Lo que se recomienda en
estos casos es que sepan responder a las tres preguntas: “¿Cuáles son mis
fortalezas?”, “¿Cómo me desempeño?” y “¿Cuáles son mis valores?”. Entonces
pueden y deberían decidir cuál es su lugar. Otra forma que se recomienda
emplear en estas situaciones es la de decidir cual no es su lugar. Con esto
se busca que si no nos desempeñamos bien
en una área específica debemos aprender a decir que no a un cargo en una de
ellas. Por ejemplo, si el general Patton hubiera aprendido esto no hubiera
aceptado un cargo independiente. Cabe destacar que con valores y con un buen método
de trabajo las personas pueden transformarse en personas competentes encajando
cada una en su respectivo lugar.
¿Cómo
debería contribuir?
Con
el pasar de los años a las personas nunca
se les preguntaba cómo podían aportar a la empresa o lugar donde trabajan, solo
les indicaba sus tareas y donde hacerlas. Por los años 50 se creía que todas
las personas eran subordinadas y que debían hacer lo que se les ordenaba. Ya en
los años 60 nadie quería que le ordenen qué hacer y dónde hacerlo, empezaron a
preguntar “¿Qué quiero hacer yo?” Y lo
que escucharon fue que la manera de contribuir era “hacer lo tuyo”.
Pocas personas que creyeron que el camino a seguir era la contribución, a la
autorrealización y al éxito lograron alguna de las tres cosas. Tras lo sucedido
con las personas, Los trabajadores del conocimiento empezaron a buscar cómo
responder estas nuevas preguntas, concluyeron que se debe abordar tres
elementos, “¿Qué requiere la situación? Dadas mis fortalezas, mi forma de
desempeñarme y mis valores, ¿cómo puedo hacer la mayor contribución a lo que
debe hacerse? Y por último, ¿qué resultados deben alcanzarse para hacer una
diferencia?”.
Responsabilizarse
de las relaciones
Trabajar grupalmente
requiere responsabilidades de las relaciones. La primera parte se enfoca en
conocer las fortalezas, debilidades, saber la manera en como hacen las cosas y
los valores de los compañeros de trabajo esto llevare a que sabremos en cómo hacer uso de las fortalezas de los
demás. La segunda parte se centra en responsabilizarse de la comunicación. Es
importante entablar una relación entre todo el grupo para estar al tanto de
como están avanzando y como ir mejorando poco a poco. Ya que si no existe una
relación todos iremos avanzando de manera aislada y no recurrimos a ninguna
pregunta.
La
segunda mitad de su vida
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